El propio autor presenta este opúsculo, también etiquetado de ´novela´, como una carta cuando menos atípica -una carta de ruptura y una oda a un amor extinto fagocitadas por un cúmulo de soliloquios reforzados por sentencias, silogismos y aforismos que ponen de manifiesto su gusto por el ingenio y los juegos de palabras- y en las entrevistas lo describe como una confesión de su infamia. Yann Moix conoce bien sus clásicos; entre ellos, la célebre frase de Gide ´No se hace buena literatura con buenos sentimientos´. ¿Entonces qué? ¿Realidad, autoficción, vida soñada o provocación?