Thomas Kyd fue uno de los iniciadores del teatro isabelino, el primero de la Edad Moderna que realmente influyó en el teatro de su país y que llegó incluso a crear un subgénero dramático (las «Revenge Plays»). Amigo del misterioso Marlowe, fue perseguido y acusado de ateísmo, lo que le supuso una pena de prisión, la pérdida de la ayuda económica de su mecenas y su caída literaria en desgracia, hasta el punto de que su nombre desapareció de las sucesivas ediciones de «La tragedia española».