Como escribe el autor, no pretende ser veraz, justa y desapasionada, porque ninguna historia lo es. No está hecha para halagar a reyes y gobernantes, ni pretende halagar a los banqueros, ni a la Conferencia Episcopal, ni al colectivo gay.
Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar la navegabilidad, su acceso y la personalización de nuestros contenidos. Si continúa accediendo a nuestra página, entendemos que nos otorga su consentimiento expreso para su uso.Más información