En Las formas sutiles de los cuerpos, de Daisy Novoa Vásquez, un poema recibe unas ´palomas de temploö -¿a la vez nuestros cuerpos en la tierra, nuestra alma en nuestro cuerpo, nuestra vida en nuestra muerte? Poesía concreta como una pluma y de vuelo también filosófico, este amante libro nos lleva a la querencia de la piel, frontera de todo, con un decir limpio, sin titubeos ni ausencias temporarias, no por eso despoblado de sombras terriblemente generosas.