Juan Gopar nace en la isla de Lanzarote en 1958.
Comenzó a exponer en la década de 1970. Durante los últimos veinte años desarrolla un enfoque de la escultura que ha dado lugar a un lenguaje propio.
Narrador y constructor de metáforas, su trabajo se caracteriza por la resistencia que muestra a dejarse atrapar en categorías genéricas, a ser arrastrado por corrientes y tendencias. La riqueza expresiva de su trabajo radica en un lenguaje lleno de símbolos e imágenes que reflejan el paso del tiempo.
Gopar ha combinado a lo largo de su carrera la pintura con la escultura, incluso valiéndose al mismo tiempo, en muchas ocasiones, de la arquitectura, lo que otorga a su trabajo una dimensión compleja que anula los límites entre disciplinas artísticas y estimula una amplitud de perspectivas extraordinarias.
La soledad, el aislamiento y una tendencia al naufragio, a desaparecer, se hace evidente en todo su trabajo e invitan al espectador a un sentimiento recíproco de introspección individual.