En este libro se relata la historia profesional de un inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía entregado a su profesión que fue investigado durante diez meses por el grupo VIII de la unidad de Asuntos Internos de Madrid, desarrollándose los hechos en la isla de Tenerife. Fue perseguido con saña por sus actuaciones exitosas saltándose competencias y demarcaciones territoriales de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado ( Udyco ) de Santa Cruz de Tenerife. Todo un ejercito de policías, jueces de instrucción, fiscales y magistrados fueron necesarios para retirarle de la circulación. Su intimidad personal y familiar fue violentada con intervenciones telefónicas perennes que venían a demostrar su forma de trabajar como policía judicial y la inexistencia de pruebas para conformar una sentencia condenatoria, no quedando un solo rincón de su vida y la de su familia sin controlar por los investigadores con la anuencia de los jueces de instrucción y de la fiscalía. La sentencia basada en inconsistentes deducciones del Tribunal fue ratificada por un Tribunal Supremo, groseramente equivocado en sus razonamientos, puede ser considerada como una de las mas injustas y crueles que se conocen en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. Fue encarcelado como una fiera peligrosa, privado de su patrimonio con una cuantiosa multa para pagar el valor de la droga que recuperó, su reputación y honor fueron pisoteados, quedando unas importantes y dolorosas secuelas de las que aún no se ha recuperado. El indulto que solicitó basado en el informe del Tribunal sentenciador no podía tener otro destino que su denegación.
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