Mondragó es un dragón diferente, no puede volar, se distrae con mucha facilidad, se tropieza todo el rato y estornuda sin parar echando fuego por la nariz... pero a pesar de ello, es todo un aventurero y siempre se las ingenia para sacar de más de un apuro a su dueño y mejor amigo, un chico de once años llamado Cale.
En la séptima entrega, las cosas no podían ir peor. Cale está castigado en su castillo y, esa misma noche, debería ir con sus amigos al Bosque de la Niebla con las seis semillas.