Tan estimulante como contagioso, este texto escrito en 1985 -que ahora el ilustrador Bruno Borges acompaña de imágenes- sigue conservando intacta su fuerza para impulsar nuestras vidas hacia una búsqueda de la plenitud y hacer frente a la mutilación que nos impone la economía. A estas alturas del siglo xxi, la obra de Bob Black sigue siendo una herejía para muchos. Para nosotros La abolición del trabajo es, además de un armonioso canto a la vida, un monumental corte de mangas al orden mental establecido.