Queda fuera de toda duda la influencia del obispo Antonio PIldain enla vida social, política y religiosa de la diócesis de Canarias desde1937 hasta 1966, año en que pidió la jubilación voluntaria. Sobre lasluces y las sombras de su obispado se construye esta ficciónnovelesca, que no descuida la fidelidad a una época y unos hechosterribles que afectaron a tantos españoles.